La verdadera belleza
«La belleza no es más que ilusión» (Proverbios 31:30).
En una sociedad dirigida por los medios de comunicación de masas, la obsesión por alcanzar la perfección física se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Según un estudio citado en un artículo de la revista Glamour, cada día las mujeres suelen tener por lo menos trece pensamientos negativos respecto a su físico. En el mismo artículo se alude a otro estudio realizado por la Universidad Central de Florida, que reveló que a la mitad de las niñas de tres a seis años, ¡les gustaría cambiar algunas partes de su cuerpecito!
Por supuesto, no hay nada de malo en llegar a formar parte de la lista de los cincuenta más bellos de la revista People. La Biblia, por ejemplo, se refiere a Sara, Rebeca, Raquel, Abigail, Betsabé, Tamar, Ester y otras, como mujeres muy hermosas. Incluso de Ester se dice que Hegai la sometió «a un tratamiento de belleza» (Ester 2:3). Elena de White dice que «tenemos que ser cuidadosos de la impresión que dejamos en otros acerca de nuestro arreglo personal» (Hijas de Dios, p. 156).
El problema es que muchos han considerado que el físico es lo primordial, y han olvidado que «la belleza no es más que ilusión» (Proverbios 31:30), que se pierde con el paso de los años. Creo que nos conviene fijarnos en la definición de belleza de la ganadora del Oscar, Lupita Nyong’o. Ella no cumple con los cánones tradicionales de belleza que imperan en nuestra sociedad. Su piel «oscura como la noche», como ella misma la define, le hacía sentirse acomplejada y llena de temores. Cada noche le pedía a Dios que le blanqueara la piel y soñaba que al amanecer su tez sería más clara. Pero nada externo cambió. Así que Lupita comprendió que «la belleza es algo que no se puede adquirir, es algo que hay que ser. No puedes depender de cómo lucir para sobrevivir en la vida. La verdadera belleza es la compasión».
Parece que Lupita conocía las palabras de Pedro: «Que la belleza de ustedes no sea la externa. […] Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios» (1 Pedro 3:3-5, NVI).
#BellezaInterior
#elInterioresloqueCuenta
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Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco
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